No sé para qué queremos tribunales de justicia si ya el
ciudadano de a pie se dedica a juzgar y a condenar a los delincuentes
desde su sofá. Para ello no necesita saber de leyes ni tener toda la
información sobre el caso a su alcance (¿quién ha visto el famoso vídeo de 96
segundos o ha leído el sumario del caso?, ¿alguien conoce a la víctima?), le basta con su propia opinión y con retazos de los hechos de los
que va haciendo acopio por las redes sociales, etc. De facto, desde que la
noticia de la presunta violación saltó a la palestra, estos 5 individuos ya
estaban sentenciados y condenados por una masa de “ignorantas” e ignorantes a
los que poco les importaban las pruebas, los derechos de los acusados, las
declaraciones de los unos y de la otra, etc. Para estos jueces del Twitter y la
pancarta, el proceso legal era totalmente prescindible, como se ha puesto
nuevamente de manifiesto tras la condena a 9 años de los acusados.
No seré yo quien defienda a estos tíos asquerosos de “La
manada”, pero desde luego no estoy al nivel de un juez, ni siquiera de un
abogado de secano, para determinar si la sentencia ha sido más o menos justa. No
he visto el vídeo, no he hablado con la víctima ni conozco lo suficiente el
Código Penal. Es decir, no tengo ni puñetera idea de lo que pasó esa noche en
Pamplona, como tampoco lo saben el resto de ciudadanos, por eso me abstengo de
poner a caer de un burro al tribunal que ha juzgado a los agresores. En este
país hemos pasado de no poder estar en desacuerdo con una sentencia porque se
consideraba desacato, a que la gente se lance a señalar públicamente, insultar
y amenazar a un determinado juez cuyo criterio no le termina de cuadrar. Esto
no es progreso sino salvajismo.
Políticos y periodistas también se lanzan a criticar sin
saber ni de qué narices hablan, todos se han vuelto de repente expertos en
tribunales por obra y gracia del feminismo. Por cierto, que no eran tan expertos
cuando el tema de Diana Quer y la prisión permanente revisable. Os devuelvo la
receta, hermos@s: estas cosas, mejor dejar que se enfríen, que en caliente no
se piensa ni se decide con claridad.
Y es que ya tenemos aquí de nuevo la doble vara de medir. Según el caso de que se trate, hay que lanzarse a la calle y vociferar impunemente
que a los jueces cuyas sentencias no nos gustan habría que echarlos a los
tiburones. Claro que sí, guapi…
A mí que no me busquen para estos circos. Si se quiere defender
de verdad a la mujer y/o pedir que se modifiquen las leyes, incluso si se
quiere mostrar disconformidad con una sentencia, se hace de otra manera, pero
espero y deseo que a nadie se le ocurra, por el hecho de ser yo mujer, identificarme con semejantes hordas.
Edito entrada a 06/05/2018 para añadir este vídeo:
Edito entrada a 06/05/2018 para añadir este vídeo:
Muy bueno ! Por fiiiin un poco de cordura entre tanta histeria. Bravo !!!!!!
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